No sé por qué cada vez que...
Siento frío. Tiemblo.
Me gustaría poder ser sincera... Mas el miedo me corroe la lengua y no puedo decir mis palabras verdaderas. Aquellas palabras que te dirían que llegaste oportunamente. Aquellas palabras que te dirían que estuve feliz, y mucho, al conocerte. Aquellas palabras que dirían que me ilusioné de inmediato contigo cual pendeja. Aquellas palabras que te dirían que no eres perfecto, pero que me atraes. Aquellas palabras que te dirían que ni te comparas con él. Que aun no alcanzas su nivel de pensamiento. Que no puedes ser frío como él puede, ni cálido como él puede. Que no tienes su mirada. Aquellas palabras que te dirían que a pesar de todo esto quiero conocerte cada vez más. Aquellas palabras que te dirían que me gustas, que quise acercarme más.
Aquellas palabras que dirían que sí, tuve miedo y lo tengo. Pues no quiero perderte, aunque aún no te tengo. Aquellas palabras que dirían que me aterra no gustarte.
Aquellas palabras que te dirían que me haces sentir frío. Aquellas palabras que callarían, trocándose en lágrimas.
Aquellas palabras que simplemente no puedo verter en tu vaso.
Aquellas palabras que tan solo escribiré aquí...
Wednesday, May 09, 2007
Sunday, May 06, 2007
Friday, May 04, 2007
Friday, April 27, 2007
Repentinas.
Te vi, allí, cómodamente en un asiento de micro. Te vi allí, con tus ojos claros y tu nariz fina. Te vi, allí, y quise besarte de pronto, lo quise más que a nada en el mundo. Te vi allí, y me viste. La mirada nerviosa se volteó hacia la ventana. Aun en el reflejo me seguías observando, y yo te observaba.
El asiento a tu lado se desocupó, y una vieja de mierda ocupó el lugar, sin poder negárselo yo. Tus ojos me buscaban en el vidrio sucio y yo no te sacaba los míos de encima.
Llegó la hora de bajar. Quise alcanzarte con mi dedo por sobre el asiento, tocar tu cuello suavemente, decirte adiós. Mas todo quedó en meros deseos.
Cuando me hube bajado, te miré fijamente, y me miraste fijamente, y nuestras miradas se besaron, concupiscentes, descontroladas.
Y luego te perdiste, por entre calles que jamás veré contigo.
El asiento a tu lado se desocupó, y una vieja de mierda ocupó el lugar, sin poder negárselo yo. Tus ojos me buscaban en el vidrio sucio y yo no te sacaba los míos de encima.
Llegó la hora de bajar. Quise alcanzarte con mi dedo por sobre el asiento, tocar tu cuello suavemente, decirte adiós. Mas todo quedó en meros deseos.
Cuando me hube bajado, te miré fijamente, y me miraste fijamente, y nuestras miradas se besaron, concupiscentes, descontroladas.
Y luego te perdiste, por entre calles que jamás veré contigo.
Tuesday, April 24, 2007
Moonlight, once more
Hace tiempo que no actualizaba. Desde aquel hermoso enero. Pues bien, cambié el diseño y decidí empezar actualizar más seguido. Si es que puedo, claro.
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No, no tengo miedo. No tengo miedo de amar, ni de sufrir, ni de sangrar ni de llorar. No tengo miedo de ser sincera, no tengo miedo de que me sean sinceros. No tengo miedo de ser amada, ni tampoco de ser odiada. No tengo miedo de andar desnuda por entre tus calles, ni por las tuyas, ni por las tuyas. No tengo miedo de andar desnuda por las mías.
No tengo miedo de ser quien yo quiero ser, no tengo miedo de ser distinta, ni tengo miedo de ser igual. No tengo miedo de no ser entendida, no tengo miedo de ser discriminada, no tengo miedo de que me miren desde arriba. No tengo miedo de la pequeñez.
No tengo miedo de ser bella, ni tengo miedo de ser bestia. No tengo miedo de ser cruel, no tengo miedo de que me sean crueles. No tengo miedo de ser humillada, no tengo miedo de humillar, no tengo miedo de ser víctima, no tengo miedo de ser villana.
No tengo miedo de los monstruos, ni de lo que hay debajo de mi cama, ni de la oscuridad. No tengo miedo de caer, ni de levantarme, ni de saltar al vacío, ni de volar. No tengo miedo de la muerte, no tengo miedo de la vida, no tengo miedo de Dios.
No tengo miedo, pues soy libre.
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No tengo miedo de ser quien yo quiero ser, no tengo miedo de ser distinta, ni tengo miedo de ser igual. No tengo miedo de no ser entendida, no tengo miedo de ser discriminada, no tengo miedo de que me miren desde arriba. No tengo miedo de la pequeñez.
No tengo miedo de ser bella, ni tengo miedo de ser bestia. No tengo miedo de ser cruel, no tengo miedo de que me sean crueles. No tengo miedo de ser humillada, no tengo miedo de humillar, no tengo miedo de ser víctima, no tengo miedo de ser villana.
No tengo miedo de los monstruos, ni de lo que hay debajo de mi cama, ni de la oscuridad. No tengo miedo de caer, ni de levantarme, ni de saltar al vacío, ni de volar. No tengo miedo de la muerte, no tengo miedo de la vida, no tengo miedo de Dios.
No tengo miedo, pues soy libre.
Saturday, January 13, 2007
Ayer.
Ayer vi tu cuerpo acercarse en la multitud. Ayer vi tu cuerpo cada vez más cerca del mío, hasta aquel momento en que no respiraba nada más que tu aire, tu olor.
Ayer te abracé fuerte. Ayer caminé contigo, feliz de verte al fin. Ayer te observé mientras me observabas. Ayer -sí, ayer- te provoqué hasta conseguir lo que quería, hasta que etendiste que te deseaba. Ayer me diste apenas un bocado de la tormenta que amenazaba con caer sobre nosotros. Ayer deseé como nunca aquella tormenta. Ayer la tuve.
Ayer te abracé fuerte. Ayer caminé contigo, feliz de verte al fin. Ayer te observé mientras me observabas. Ayer -sí, ayer- te provoqué hasta conseguir lo que quería, hasta que etendiste que te deseaba. Ayer me diste apenas un bocado de la tormenta que amenazaba con caer sobre nosotros. Ayer deseé como nunca aquella tormenta. Ayer la tuve.
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